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Cooking

Al pensar en el arte de la gastronomía, diversas imágenes se formaron en mi mente: un conjunto de frutas, verduras, carnes, utensilios y comidas resultantes aparecieron ante mí y, poco a poco, fueron tomando forma sobre el papel, para luego acomodarse  sobre la cubierta de un libro de recetas.

Rupturista

Romper con lo establecido. Esa era la postura que Kenneth Kemble tenía sobre el arte, y aquella a la que me comprometí abrazar.  Sus obras no sólo como inspiración, sino como partes conformantes del dibujo textil: el registro que deja la tinta en su paso sobre el papel, que antes serían consideradas sólo manchas; las formas abstraídas, que a veces recuerdan a motivos florales o tribales. El dibujo resultante busca honrar la memoria de este artista que, como muchos otros vanguardistas, se atrevió a despegarse de la concepción de representación de la realidad que se tenía del arte para encontrar un lenguaje mucho más propio.  

Retrato Canino

Coinco: mi perro, pero más que nada, amigo y compañero. Decidí capturar su esencia a través de estas ilustraciones hechas con todo mi cariño, para dejar testimonio de su presencia en mi vida.

Vestido Digital

Mi fuerte era el dibujo a mano alzada, no tenía dudas. Sin embargo, la técnica digital llamaba mi atención. Lo intenté durante horas y horas, no familiarizada con la sensación de encontrarme tan lejana y ajena al soporte: la hoja ya no me transmitía emociones ni obedecía a mi imaginación, simplemente ya no estaba ahí para recibir con gusto lo que tenía para proponerle. Mi computadora lo entendió y decidió apiadarse de mí, finalmente mostrándome resultados semejantes a los que esperaba desde un principio. Fue entonces cuando comenzamos a llevarnos mejor, ahora también es parte de mis creaciones y día a día me ofrece nuevos recursos.

Mi fuerte era el dibujo a mano alzada, no tenía dudas. Sin embargo, la técnica digital llamaba mi atención. Lo intenté durante horas y horas, no familiarizada con la sensación de encontrarme tan lejana y ajena al soporte: la hoja ya no me transmitía emociones ni obedecía a mi imaginación, simplemente ya no estaba ahí para recibir con gusto lo que tenía para proponerle. Mi computadora lo entendió y decidió apiadarse de mí, finalmente mostrándome resultados semejantes a los que esperaba desde un principio. Fue entonces cuando comenzamos a llevarnos mejor, ahora también es parte de mis creaciones y día a día me ofrece nuevos recursos.

Infancia

Recordé los libros que leía de chica y sus tan simpáticos dibujos. Me situé mentalmente en aquellos lugares a los que me transportaba antes de ir a dormir: el bosque, la granja, la selva, y pude observar sus diferentes habitantes. Fue entonces cuando las prendas que estaba creando se convirtieron en un hábitat  para cada uno de estos animales quienes, a su vez, acompañarían en sus aventuras a los niños que las portaran.

Floreciendo

Observé las flores de mi jardín creciendo ante la inminencia de la primavera. La delicadeza y organicidad de los pétalos y cómo se veían transparentes si alguien miraba el sol a través de ellos; las innumerables hojas y los respectivos tallos que las sostenían, e incluso alguna que otra mariposa que se posaba en ellas desplegando sus alas. Todas esas formas y sensaciones actuaron de inspiración, primero sólo a modo de dibujos y más tarde en un textil que prometió mantener vivo el esplendor de las flores, sin necesidad de marchitar.

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